Me llamo Naihara Cardona Martínez, soy abogada y hace un tiempo, me sentía exactamente igual que tú.
Empecé a estudiar derecho porque pensaba que podía paliar parte de las injusticias que había en este mundo, lo que me llevaba a agotarme luchando por defender los intereses de mis clientes.
Esto me resultaba agotador, pues luego me daba cuenta de que los clientes muchas veces no me hacían caso y complicaban la situación o era una guerra encarnizada contra el otro abogado, los plazos y el sistema de justicia que me hacía llegar a la conclusión de que me había equivocado de profesión y todo aquello no iba conmigo. Era estresante y agotador, además de muy frustrante.
Pero todo cambió cuando conocí el Derecho Sistémico.
Conectando el derecho con el núcleo humano
Fue un día de verano y hacía calor. Calor, no, ¡calorazo!
Salía de una cita con un cliente para hablar de un tema urbanístico en el ayuntamiento y, al llegar a mi coche, aparcado al sol, lo encontré como un horno. Cogí el móvil para poner música y entonces vi ese whatsapp de mi profesora de constelaciones familiares con un enlace. Le di al link y allí había un vídeo de Sami Storch, un juez brasileño que aplicaba las constelaciones familiares en su tribunal. Lo abrí y ¡me quedé atrapadísima! Ya no sentía la temperatura dentro del coche. Yo seguía en el aparcamiento, pero, en realidad, estaba en otro sitio.
Cuando acabó aquel primer vídeo, estaba impresionada, impactada y, a la vez, sentía que ¡EUREKA! Era eso lo que yo llevaba tiempo buscando. Era eso lo que hacía unos meses no hubiera ni imaginado que podía existir. Era eso a lo que yo quería dedicarme, o, mejor dicho, de la manera en la que yo quería ejercer el derecho.
Desde ese momento empecé a incorporar las constelaciones familiares a mis casos. Y desde entonces ya no me canso ejerciendo, no hago mío lo que no es mío, y puedo llegar más rápido a la solución o de otra manera, porque tengo más visión aún sin hacer la constelación. Hay veces que constelo a mis clientes, y otras que no.
Siempre en crecimiento
Publicación del libro: Derecho sistémico, lo que no te enseñaron en la facultad
Y mi mayor éxito... haber nacido, crecido y haber dado vida a tres personitas
Cursos y talleres online y presenciales
Si te sientes agotado/a, con ganas de dejar la profesión, te estás planteando volverte coach o estudiar psicología, si piensas que el derecho no es para ti, que la justicia no existe, que el sistema judicial está obsoleto y no sirve a la ciudadanía, está bien. Pero antes de tomar la decisión, inscríbete en uno de mis cursos y estoy segura de que tu visión del derecho cambiará para siempre. En ellos encontrarás explicaciones teóricas breves sobre las constelaciones familiares y cómo aplicarlas al derecho pero, sobretodo, encontrarás mucha práctica y ejemplos en todas las especialidades del derecho. Se puede aplicar en todos los ámbitos que te puedas imaginar. Si al entrar en el curso ves que no va contigo, te devolvemos el dinero.
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Los 5 pilares de una práctica moderna de la abogacía para permitirte disfrutar mucho más de tu profesión
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Descubre lo que está oculto detrás del conflicto. Tanto si eres un particular con un conflicto como si eres un profesional que quiere descubrir una nueva forma de trabajar, este taller es para ti.
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El Derecho sistémico nos muestra dinámicas ocultas que nos mantienen el conflicto. Ofrece una visión más amplia de la situación, pudiendo lograr una solución más efectiva.
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La Formación de Constelaciones Familiares interesa a todas aquellas personas con afán de aumentar la comprensión de sí mismas y de sus vínculos, para entender la naturaleza de las relaciones humanas.
Armonizando la ley con las dinámicas humanas
Cuando escuché por primera vez el concepto de «derecho sistémico», me pareció un oxímoron (esas palabras o expresiones formadas por la unión de dos conceptos opuestos).
En derecho, se litiga, o sea, se pelea, se juzga, se lucha en contra del oponente, algunas veces de forma encarnizada y cruel. Y en sistémica, se armoniza, se trabaja desde la concordia, la comprensión, el amor, el corazón y la ausencia de juicios. ¿Cómo se entiende que puedan conjugarse ambos si no es en una especie de juegos malabares o de pura magia?
Magia es lo que parecen los resultados obtenidos aplicando el derecho sistémico. Y es lo que te voy a contar porque quiero que un concepto novedoso, pero sobre todo tan útil como este, llegue al mayor número de personas posibles.
Y eso no quiere decir que sea siempre posible evitar los tribunales. El Derecho Sistémico muestra asuntos insconscientes que nos impiden alcanzar la solución y, la solución, únicamente puede ser aquella que aporte paz a todas las partes. No debemos confundir pacificación con pasividad, pues ceder por no discutir no es una postura que aporte paz en absoluto, a la larga, tiene consecuencias.
El conflicto es necesario para crecer y, si no lo vivimos así, estamos condenados a repetir. No se trata de buscar el conflicto o de fastidiar al otro. Se trata de ser conscientes, buscar un bien común y saber cuidarse a uno mismo; nadie lo hará por nosotros.
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